¿A qué se refiere?
Al hablar de crisis de sentido hacemos referencia a ese sentimiento que posiblemente muchos hemos vivido en algún momento.
Cuando el trabajo en vez de llenarnos el corazón y motivarnos a seguir creciendo profesionalmente, nos deja cada día con una sensación peor, en la que no nos sentimos valorados por nuestro lugar de trabajo, no encontramos un propósito y nos sentimos constantemente disminuidos entre nuestros pares, lo que empeora los resultados para todo el ecosistema.
Lo más preocupante son los números. Según un estudio de la consultora Norteamericana Gallup, realizado el 2017, solo el 15% de los trabajadores a nivel mundial están felices y comprometidos con su empleo, lo que se traduce a un altísimo 85% de personas que se encuentran insatisfechas, infelices o frustradas con su lugar de trabajo.
Y es una situación que afecta a todos de manera transversal, atacando directamente al rendimiento de la empresa, evitando que nuevos talentos entren o se mantengan, generando desconfianza y control excesivo en el equipo y dirigiendo a la organización hacia un desenlace que no la favorece en el futuro.
Es importante lograr identificar las señales en la propia empresa para manejar la situación desde el comienzo y transformar la empresa en una entidad consciente, con propósito y proyección en el tiempo.